Las redes como TikTok o Instagram están llenas de influencers -reales o presuntos- haciendo recomendaciones para obtener riqueza financiera, o sea, poder vivir del patrimonio básicamente sin implicar otro esfuerzo. Puedes encontrarte desde consejos que rayan en lo chusco, como el ahorrar en la pasta de dientes, o recomendaciones más prácticas como apartar en sobres las cantidades que te permites gastar para cada categoría, incluido un porcentaje para el ahorro. Es una tendencia, por otra parte, muy respetable aunque para un mileurista no deja de ser una fantasía financiera, más que un objetivo realista. Si no puedes ahorrar, no puedes invertir y, evidentemente, no podrás vivir de los ahorros nunca. Para eso, mejor el carpe diem y disfrutar del ahora. No cargar con mochilas tiene también sus ventajas, como te explicarán gustosamente otra ristra de influencers con una perspectiva contraria a los anteriores.
Pero antes de entregarte a vivir la vida loca, ten en cuenta que existen opciones de inversión altamente convenientes que no exigen reunir ese 20% o 25% del coste de una vivienda o local que te van a exigir en el Banco para concederte una hipoteca. Básicamente necesitarás una nómina para que te concedan un crédito al consumo y unos euros ahorrados o prestados por los de siempre, tus padres,. Y es que una plaza de garaje, un trastero y -la última tendencia- una habitación, cumple con todos los requisitos en principio para ser buenas pequeñas inversiones inmobiliarias y, encima, con rendimientos por encima de lo habitual. Tanto las plazas de garaje como los trateros -de lo que hay una fuerte demanda últimamente- como las habitaciones individuales dentro de una vivienda, pueden obtener rentabilidades ligeramente superiores al alquiler residencial, del 5 al 7% y rozando las rentabilidades de los locales, un 8%. Además, como cualquier activo inmobiliario, se revaloriza con el paso del tiempo, añadiendo una rentabilidad extra que te vendrá muy bien en unos años si puedes escalar tu patrimonio.
Pero antes de lanzarte a la piscina, hay que tener en cuenta varios conceptos importantes en relación con estos tres activos. En primer lugar, hay poco mercado para plazas de garaje y trasteros. El grueso de la disponibilidad está presente en la obra nueva, que adjudica de entrada una plaza y un trastero como parte de la compra de una vivienda, pero que normalmente cuadran la edificación con plazas y trasteros sobrantes. Por eso hay que estar atento a las finalizaciones de obra nueva para optar a estas oportunidades inmobiliarias. No te cortes a la hora de entrar en las oficinas de venta para comentarles tu intención. Incluso podrás ganar dinero con sobre la marcha, si la promotora lo permite, con un pase antes de que se entreguen las viviendas.
Otra opción de invertir en pequeño son las habitaciones individuales en una vivienda. La promoción (muy efectiva) del producto que ha hecho la startuphabitacion.com, creando tanto interés que se ha apropiado de la categoría, no es lo suficientemente clara para los inversores menos sofisticados. Parecen haber inventado la rueda, cuando la compra de una participación de un proindiviso -en eso consiste la inversión en habitaciones- se remonta al Derecho romano, al mismo nivel que la usucapión. Pero dicho esto, es una inversión legítima, aunque tus derechos como inversor financiero en este caso están mejor protegidos y sean más claros -desde mi punto de vista- cuando se trata de una operación de crowfunding, con todas las limitaciones que plantea la ley, precisamente para defender los derechos del accionista frente al promotor del fondo. Pero la tentación de comprar conjuntamente una vivienda es evidente si se trata de un grupo de personas con una capacidad probada para convivir.
Por Dionisio Escarabajal